María y Melchor lo tenían muy claro, querían hacer una postboda en León que fuera diferente, con el único requisito de que fuera en plena naturaleza.
Después de haber sido el fotógrafo seleccionado para inmortalizar su reportaje de boda, quería que su reportaje de postboda también fuera algo especial. Después de buscar diferentes localizaciones, decidimos desplazarnos hasta un pantano cercano a la ciudad, donde teníamos diferentes localizaciones sin tener que movernos. Había montaña, agua, árboles…, incluso un pequeño pueblo abandonado donde hacer algunas fotos.
¡Durante la sesión lo pasamos genial! Incluso tuvimos alguna anécdota que otra, como cuando unos cientos de miles de animales de toneladas de peso y unas enormes cornamentas, se sintieron atraidos comenzando a correr hacía nosotros.
Situaciones como estas, hacen que las sesiones de postboda sean muy divertidas y quede un bonito recuerdo.